miércoles, 7 de diciembre de 2016

Sonidos del espacio

Nunca está de más saber qué es lo que ocurre más allá de lo que podemos ver con nuestros ojos, y con eso, nos referimos a todos los misterios que guarda el espacio exterior. Por eso es que queremos compartir con ustedes el último descubrimiento que hicieron unos investigadores en la Vía Láctea.
Un equipo de astrofísicos de la Universidad británica de Birmingham, detectó oscilaciones acústicas resonantes en M4, uno de los más antiguos cúmulos de estrellas conocidos en la Vía Láctea. Este tiene una antigüedad calculada de 13 mil millones de años.
Toda esta investigación fue posible gracias a los datos recabados en la misión Kepler K2 de la NASA, la cual inició en 2014 y permitió el estudio de las oscilaciones resonantes de las estrellas, en el cual se usó laAstrosismología. Esta técnica estudia las oscilaciones periódicas de las superficies de las estrellas, que prácticamente son objetos fluidos, los cuales vibran con ciertos periodos naturales.
Algo que deben saber, es que estas oscilaciones crean “pulsos de luminosidad”, que son cambios diminutos causados por el sonido atrapado dentro de las estrellas. Se podría decir que es “música estelar” y gracias a esta es como se puede determinar la masa y hasta la edad de una estrella.
Este estudio no sólo ha servido para escuchar la voz de las estrellas, porque de hecho, ahora que se ha probado la efectividad de la astrosismología, se podrá incursionar en la historia más reciente de la galaxia.
“Al igual que los arqueólogos pueden revelar el pasado excavado en la tierra, nosotros podemos usar el sonido del interior de las estrellas para realizar arqueología galáctica”-, indicó el profesor Bill Chaplin, después de realizar el estudio.
Por otro lado, en un comunicado emitido por la directora de este estudio, Andrea Miglio de la Escuela de Física y Astronomía de la Universidad de Birmingham, señaló que todo el equipo estaba súper entusiasmado por haber “sido capaces de escuchar algunas de las reliquias estelares de
un universo más joven”.

“Estos son realmente fósiles vivientes que datan de la época en que se formó nuestra galaxia y esperamos ahora poder revelar los secretos de cómo las galaxias en espiral, como la nuestra, se formaron y evolucionaron”– agregó Miglio.
Sería increíble poder saber qué tan vieja es nuestra galaxia y varios de los cambios que esta ha sufrido a lo largo del tiempo. Esperemos que podamos saber más de este estudio en el futuro.

martes, 6 de diciembre de 2016

Mas allá de la vía láctea

La Vía Láctea guardaba el secreto de cientos de galaxias que se escondían tras ella, pero que finalmente han podido ser observadas, un descubrimiento que permite además arrojar alguna luz sobre una misteriosa anomalía gravitacional conocida como el Gran Atractor.

Un grupo internacional de científicos ha usado el radiotelescopio CSIRO en Australiapara poder mirar, a través del polvo y las estrellas de Vía Láctea, hacía una región inexplorada del espacio, según un estudio publicado hoy por Astronomical Journal.

Así han podido localizar y observar 883 galaxias, un tercio de las cuales nunca se habían visto hasta ahora, según el profesor Lister Staveley-Smith, de la Universidad de Western Australia y director del estudio.

A pesar de estar solo a 250 millones de años luz de la Tierra, una distancia muy cercana en términos astronómicos, las nuevas galaxias han permanecidas ocultas a la vista por su situación respecto a nuestra propia galaxia.

“La Vía Láctea es, por su puesto, muy hermosa y es muy interesante estudiar nuestra galaxia, pero bloquea totalmente la visión de otras galaxias más distantes ubicadas detrás de ella”, explicó el experto en un comunicado de la universidad.

El descubrimiento de estas galaxias escondidas pueden ayudar a explicar la región del Gran Atractor, que sería la que atrae a la Vía Láctea y a otros cientos de miles de galaxias rápidamente y con una fuerza gravitacional equivalente a mil millones de Soles.

El Gran Atractor, también llamado el Muro, es una gran concentración de galaxias, se cree que una de las más grandes del Universo, pero por su situación respecto a la Vía Láctea es casi imposible observarlo.

“Realmente, no entendemos qué está causando la aceleración gravitacional de la Vía Láctea o de dónde viene”, aunque “sabemos que en esa región (del espacio) hay unas acumulaciones de galaxias de gran tamaño a las que llamamos ‘clusters’ o ‘superclusters’ y que la Vía Láctea se mueve hacía ellas a una velocidad de más de dos millones de kilómetros por hora”, reconoció Staveley-Smith.

Los científicos han tratado de observar el misterioso Gran Atractor desde que en la década de los setenta y ochenta se descubrieron las grandes desviaciones de la expansión universal.

Los investigadores identificaron algunas nuevas estructuras que podrían ayudar a explicar el movimiento de la Vía Láctea, incluidas tres concentración de galaxias (llamadas NM1, 2 y 3) y dos nuevos “cluster” (CW1 y CW2).

El estudio publicado por Astronomical Journal contó con la colaboración de investigadores procedentes de Australia, Sudáfrica, Estados Unidos y Holanda.

lunes, 5 de diciembre de 2016

En busca de la tierra 2.0

La nave espacial Kepler, de la NASA, es una prolífica cazadora de planetas ubicados fuera de nuestro sistema solar. Desde su lanzamiento, que se llevó a cabo en el año 2009, Kepler ha confirmado más de 1.000 de estos exoplanetas y ha catalogado miles de más planetas candidatos. La colección incluye planetas con densidades mayores que la del hierro y menores que la del poliestireno extruido; planetas más pequeños que Mercurio y más grandes que Júpiter, planetas con un Sol, dos soles ¡e incluso cuatro soles.
La cantidad y variedad de exoplanetas es emocionante para los investigadores pero, de cierta manera, la colección deja algo que desear. La gente común, al igual que los científicos, comparte el deseo de hallar un tipo de mundo en particular (un mundo como la Tierra) que nos hable como no pueden hacerlo los “Júpiter calientes” y los múltiples sistemas de estrellas.
Anhelamos un mundo cuya existencia nos diga: “No estamos solos”.
Kepler acaba de encontrar al análogo más cercano al sistema Tierra-Sol.
En julio de 2015, la NASA anunció el descubrimiento de Kepler-452b, un exoplaneta algo más grande que 1½ vez el ancho de la Tierra, el cual orbita una estrella de tipo G2 similar a nuestro propio Sol. Y es más, la órbita de Kepler-452b está ubicada en la “Zona Ricitos de Oro” (“Goldilocks Zone”, en idioma inglés) de su sistema estelar, donde la temperatura es justo la adecuada para que exista agua líquida. También se la conoce como la “zona habitable” porque, para que exista la vida tal como la conocemos, es necesario que haya agua.

“Podemos pensar en Kepler-452b como un primo más viejo y más grande de la Tierra”, señala Jon Jenkins, del Centro de Investigaciones Ames (Ames Research Center, en idioma inglés), de la NASA, quien dirigió el equipo que descubrió a Kepler-452b. “Es alucinante pensar que este planeta ha pasado 6 mil millones de años en la zona habitable de su estrella; más tiempo que la Tierra. Esa es una significativa oportunidad para que surja la vida si se dan todos los componentes y condiciones necesarios para que exista la vida en este planeta”.

Kepler-452b no es el primer exoplaneta que se descubrió en una zona habitable. En efecto, alrededor de una docena de esos mundos, de este tamaño, han sido descubiertos hasta el momento; es decir, de 10 a 15 planetas entre la mitad y el doble del diámetro de la Tierra, según cómo se defina la zona habitable y teniendo en cuenta algunas dudas en los tamaños de los planetas medidos.

Entre esa docena, Kepler-452b es el que más dispara la imaginación porque es el análogo más cercano al sistema Tierra-Sol que se ha descubierto hasta la fecha: un planeta apenas un poco más grande que una vez y media el diámetro de la Tierra orbitando la zona habitable de una estrella muy parecida a nuestro propio Sol.

En Kepler-452b, un año dura 385 días, apenas unas pocas semanas más que un año en la Tierra. El planeta está ubicado solo un 5 por ciento más lejos de su estrella madre que lo que la Tierra está del Sol. Esta distancia extra se encuentra mitigada por luz solar extra. La estrella madre de Kepler-452b es un 20 por ciento más brillante y tiene un diámetro que es un 10 por ciento más grande que el Sol. Las similitudes son, por cierto, destacables.

John Grunsfeld, un administrador asociado del Directorio de Misiones Científicas de la NASA, en las oficinas centrales de la entidad, ubicadas en Washington, DC., afirma: “Este emocionante resultado nos lleva un paso más cerca para hallar una Tierra 2.0”.

Kepler-452b susurra la posibilidad de que no estemos solos. ¿Cuánto tiempo más pasará antes de que gritemos un nuevo descubrimiento?

domingo, 4 de diciembre de 2016

300 galaxias ocultas en la vía láctea

El astrónomo Rafael Bachiller nos descubre en esta serie los fenómenos más espectaculares del Cosmos. Temas de palpitante investigación, aventuras astronómicas y novedades científicas sobre el Universo analizadas en profundidad. Mediante observaciones en ondas de radio, los astrónomos acaban de identificar unas 300 galaxias que se encontraban ocultas tras la Vía Láctea. Estas galaxias forman parte del Gran Atractor, una superestructura que arrastra a nuestra galaxia y a muchas de nuestras vecinas hacia un punto en la constelación de Norma.
El plano de la Vía Láctea, nuestro 'camino de Santiago', es un maravilloso espectáculo en el cielo nocturno. Pero para los astrónomos que desean explorar qué hay más allá, detrás de esa bella franja lechosa, también es un estorbo, una pantalla opaca que impide a los telescopios ver la radiación óptica emitida por los objetos más lejanos situados tras ella. Tal pantalla la forman las innumerables nubes interestelares gaseosas y polvorientas que coexisten con las estrellas en el plano de nuestra galaxia. El polvo (pequeñas partículas de material sólido) de estas nubes absorbe la radiación óptica de todos los objetos situados detrás, tanto estrellas distantes de nuestra propia galaxia, como otras galaxias situadas a distancias muy variables de la nuestra.


sábado, 3 de diciembre de 2016

Limites de la vía láctea


Los límites de la Vía Láctea o fronteras de nuestra galaxia se deben de redefinir después de un nuevo hallazgo de varias estrellas masivas descubiertas a una distancia de un 50% mayor que cualquier otra estrella de la galaxia. Se trata de las estrellas recién catalogadas ULAS J0744+25 y ULAS J0015+01.


Los astrónomos saben que el aro exterior de la Vía Láctea se extiende al menos unos 500.000 años luz, a diferencia del disco familiar que es conocido y tiene unos 100.000 años luz de ancho, por lo que los astrónomos decidieron poner a prueba ese aro exterior e iniciaron la cacería de estrellas gigantes rojas más allá de 500.000 años luz de distancia.
Las gigantes rojas aunque son más frías que las enanas rojas como nuestro Sol, pueden llegar a brillar hasta 10.000 veces más. En la cacería han dado con las dos estrellas gigantes rojas más distantes de la Vía Láctea y que pertenecerían al aro exterior de la galaxia. La distancia calculada sería de 775.000 años luz  de distancia para ULAS J0744+25 y 900.000 años luz de distancia para la estrella ULAS J0015+01. Por el momento no se han podido detectar planetas orbitando las estrellas, ya que suficiente difícil fue detectar las dos estrellas a tales distancias.
Para que se hagan una idea de la distancia en la que se encuentran las dos estrellas recientemente descubiertas, les diré que la luz que han detectado los astrónomos es la misma que emitieron las estrellas aproximadamente cuando nuestros ancestros acababan de descubrir el fuego.



viernes, 2 de diciembre de 2016

Estrella mas cercana a la tierra

ALFA CENTAURI
Alfa Centauri (también conocido como Rigel Kentaurus) es el sistema estelar más cercano al Sol que está a unos 4,37 años luz (41,3 billones de kilómetros) de distancia.
Considerada desde la antigüedad como una única estrella y con gran importancia mitológica, la más brillante de la constelación del Centauro, lo que se observa sin ayuda de telescopio es, en realidad, la superposición de dos estrellas brillantes de un sistema de tres. Fue el astrónomo francés Nicolas Louis de Lacaille quien en 1752 descubrió que Alfa Centauri es una estrella binaria.


El sistema también contiene por lo menos dos planetas del tamaño terrestre Alpha Centauri Bb, con cerca de 113 % de la masa terrestre, que orbita Alpha Centauri B, con un período de 3,236 días y próxima Centauri b, que orbita a Próxima Centauri. Orbitando a una distancia de 6 millones de kilómetros de la estrella, o el 4 % de la distancia de la Tierra al Sol, el planeta tiene una temperatura superficial estimada de al menos 1500 K (aproximadamente 1200 °C).Para la búsqueda de otros planetas en el sistema, está en proyecto el telescopio espacial ACESat.
EL SISTEMA DE LA ALFA CENTAURI
El sistema Alfa Centauri es una estrella múltiple formada por tres estrellas vinculadas por efecto de la gravedad, girando una en torno de la otra constituyendo un sistema estable. Alfa Centauri A es una estrella amarilla muy similar al Sol (tipo espectral G), y Alfa Centauri B es una estrella naranja de tipo K. Ambas giran entre sí en una órbita de unos 80 años. Con un período orbital de 79,91 años, los componentes A y B de este sistema binario se aproximan entre sí a un mínimo de 11,2 unidades astronómicas, lo que equivale a 1670 millones de kilómetros o aproximadamente la distancia media entre el Sol y Saturno, siendo la distancia máxima entre las dos estrellas 35,6 UA (5300 millones de kilómetros, aproximadamente la distancia entre el Sol y Plutón). Como tienen masas parecidas, se mueven alrededor de un punto del espacio casi equidistante entre ellas llamado centro de masas.

La tercera estrella es Próxima Centauri, que giraría alrededor de las dos anteriores a una distancia mucho mayor, en una gran órbita con una excentricidad tal que se discute si realmente está ligada al sistema; sin embargo, las tres estrellas tienen igual paralaje y movimiento propio. Posee un planeta rocoso en su órbita cercana, Proxima Centauri b, con posibilidades de albergar agua liquida.

En el caso de que Próxima Centauri esté realmente ligada a las otras dos, su órbita duraría varios centenares de miles de años, y actualmente estaría en el punto cuya distancia al sistema solar es mínima. La separación media entre Próxima y Alpha Centauri AB es aproximadamente de 0,06 parsecs, 0,2 años luz o 13 000 unidades astronómicas (UA), equivalente a 400 veces el tamaño de la órbita de Neptuno. Se trata de una estrella pequeña y roja que sólo se puede ver a través de telescopios potentes.

jueves, 1 de diciembre de 2016

Posibles planetas habitables en la vía láctea

El telescopio Kepler de la NASA ha estado muy ocupado.
En lo que se considera el mayor anuncio sobre exoplanetas nuevos, la NASA anunció que ahora tiene cuenta de más de 100 que son del tamaño de nuestra Tierra. También detectó nueve cuerpos celestes pequeños que giran alrededor de una estrella, donde las condiciones son favorables para que haya agua líquida -y posiblemente vida.En total, agregó al catálogo otros 1.284 planetas de los que no se sabía hasta ahora.Los datos que suministra la sonda espacial Kepler permiten a los astrónomos entender cómo pueden ser los planetas que son parecidos al nuestro. Y para los que piensan que estamos solos en el Universo, un dato: de acuerdo a los cálculos de los expertos de la NASA, en nuestra Vía Láctea podría haber más de 10.000 millones de planetas potencialmente habitables.
 "Aproximadamente el 24% de las estrellas albergan planetas 1,6 veces más pequeños que la Tierra", explicó la doctora Natalie Batalha, científica de la misión Kepler del Centro de Investigación Ames de la NASA en California, Estados Unidos.
"Esta es una cifra que nos gusta, porque estimamos que es por debajo de ese tamaño que los planetas pueden ser rocosos".
"Si te preguntas dónde podría estar el próximo planeta habitable, está a unos 11 años luz, lo que es bastante cerca", agregó.

En busca de ecosistemas

Telescopios futuros, como el James Webb, podrán examinar la luz que se filtra a través de las atmósferas de los exoplanetas para buscar marcadores biológicos.
"El objetivo último de nuestra investigación es detectar la luz de un exoplaneta habitable y analizarla para detectar gases como el vapor de agua, oxígeno, metano y dióxido de carbono; gases que pueden indicar la presencia de un ecosistema biológico", dijo por su parte Paul Hertz, director de astrofísica de la NASA.
De los descubrimientos que el telescopio ha hecho hasta ahora, los planetas Kepler-186f y Kepler-452b son los más parecidos a la Tierra en términos de tamaño, temperatura de su estrella (sol) y la energía que recibe de ella
               El telescopio kleper esta ayudando a los astronomos a entender como son los  otros planetas como el nuestro.