La Vía Láctea guardaba el
secreto de cientos de galaxias que se escondían tras ella, pero que finalmente
han podido ser observadas, un descubrimiento que permite además arrojar alguna
luz sobre una misteriosa anomalía gravitacional conocida como el Gran Atractor.
Un grupo internacional de
científicos ha usado el radiotelescopio CSIRO en Australiapara poder mirar, a
través del polvo y las estrellas de Vía Láctea, hacía una región inexplorada
del espacio, según un estudio publicado hoy por Astronomical Journal.
Así han podido localizar y
observar 883 galaxias, un tercio de las cuales nunca se habían visto hasta
ahora, según el profesor Lister Staveley-Smith, de la Universidad de Western
Australia y director del estudio.
A pesar de estar solo a 250
millones de años luz de la Tierra, una distancia muy cercana en términos
astronómicos, las nuevas galaxias han permanecidas ocultas a la vista por su
situación respecto a nuestra propia galaxia.
“La Vía Láctea es, por su
puesto, muy hermosa y es muy interesante estudiar nuestra galaxia, pero bloquea
totalmente la visión de otras galaxias más distantes ubicadas detrás de ella”,
explicó el experto en un comunicado de la universidad.
El descubrimiento de estas
galaxias escondidas pueden ayudar a explicar la región del Gran Atractor, que
sería la que atrae a la Vía Láctea y a otros cientos de miles de galaxias
rápidamente y con una fuerza gravitacional equivalente a mil millones de Soles.
El Gran Atractor, también
llamado el Muro, es una gran concentración de galaxias, se cree que una de las
más grandes del Universo, pero por su situación respecto a la Vía Láctea es
casi imposible observarlo.
“Realmente, no entendemos qué
está causando la aceleración gravitacional de la Vía Láctea o de dónde viene”,
aunque “sabemos que en esa región (del espacio) hay unas acumulaciones de
galaxias de gran tamaño a las que llamamos ‘clusters’ o ‘superclusters’ y que
la Vía Láctea se mueve hacía ellas a una velocidad de más de dos millones de
kilómetros por hora”, reconoció Staveley-Smith.
Los científicos han tratado de
observar el misterioso Gran Atractor desde que en la década de los setenta y ochenta se descubrieron las grandes
desviaciones de la expansión universal.
Los investigadores
identificaron algunas nuevas estructuras que podrían ayudar a explicar el
movimiento de la Vía Láctea, incluidas tres concentración de galaxias (llamadas
NM1, 2 y 3) y dos nuevos “cluster” (CW1 y CW2).
El estudio publicado por
Astronomical Journal contó con la colaboración de investigadores procedentes de
Australia, Sudáfrica, Estados Unidos y Holanda.

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